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Perfiles profesionales en Smart Agro.

No importa a donde dirijamos la mirada dentro de la cadena agro-alimentaria, prácticamente todas las empresas están poniendo en marcha proyectos de innovación y transformación digital. Los responsables del mercado agro-alimentario saben que se están abriendo nuevas oportunidades de negocio en un sector cuya demanda va a seguir creciendo en paralelo al incremento de una población mundial que en 2050 alcanzará los 9.700 millones de personas.

Nuevos profesionales para nuevos departamentos

Las empresas del sector saben que la clave del éxito en los próximos años pasa por incorporar tecnologías y metodologías ágiles que mejoren la rentabilidad. Para lograrlo están apostando por la creación de departamentos dedicados a proyectos de innovación y digitalización o por la inversión en empresas tecnológicas agro-alimentarias. En todos esos escenarios se está poniendo de manifiesto la necesidad de contar con profesionales que unan a sus conocimientos agronómicos con la habilidad de desarrollar nuevas soluciones utilizando herramientas como el Big Data, la inteligencia artificial, la robótica, los drones o los vehículos autónomos.

Colaboración universidad-empresa: clave para el desarrollo de los profesionales del Smart-Agri

El cambio de paradigma en la agricultura lleva asociado un cambio de modelo de formación de los futuros profesionales del sector agro-alimentario que no puede generarse únicamente desde las instituciones académicas o centros de investigación. Difícilmente van a funcionar de forma óptima iniciativas aisladas promovidas exclusivamente desde el ámbito universitario ya que estarán lejos de los requerimientos de las empresas. Este tipo de modelos conllevarían una falta de eficiencia por falta de adaptación de los perfiles profesionales que salgan de nuestras universidades a las demandas del mercado, generando un déficit de los perfiles realmente demandados por las empresas.

Por ello, alinear la demanda de perfiles profesionales con la oferta académica debe ser prioritario en un sector cada vez más competitivo. Es básico introducir nuevas orientaciones curriculares en el ámbito universitario y de formación profesional, reforzar la conexión entre estos dos ámbitos educativos y las necesidades del sector así como mejorar sus interacciones con otros actores relevantes del sistema.

Inclusión de la digitalización en la formación: capacidades de los nuevos perfiles

En ese sentido, las principales capacidades demandadas por las empresas del sector a los profesionales del smart-agro y que deben ofrecerse desde la formación superior y profesional agraria son:

  • Obtención de datos relevantes de cultivo-suelo-clima: esta capacidad implica no únicamente la mera obtención de datos a partir de sensores y actuadores, sino conocer cómo realizar la “limpieza” de los mismos para seleccionar aquellos que permitan realmente realizar actuaciones posteriores.
  • Manejo de información georreferenciada (GIS): la creación de mapas, el trabajo con elementos posicionados y el análisis de imágenes y datos de satélites será demandado en los próximos años a escala global para el seguimiento de cultivos.
  • VRA con maquinas agrícolas avanzadas: ser capaces de aplicar de forma racional los insumos agrícolas requiere de conocimientos técnicos sobre la maquinaria, las tecnologías de posicionamiento GNSS y la aplicación variable.
  • Análisis de insights (punto de vista agro-tech): generar un análisis detallado de datos, interiorizarlo en las empresas y saber transmitir la información generada será clave en la agricultura digital. La relación con el usuario y la mejora de la productividad vendrán de la mano con necesidades en este campo.
  • UAVs y robótica (conocimientos básicos de electrónica): cada vez con más presencia en las explotaciones, las tecnologías relacionadas con la robótica serán clave en la reducción del esfuerzo y el aumento de la precisión, y los futuros ingenieros agrónomos deberán conocer estas máquinas que trabajarán en el campo.
  • Programación básica: que constituirá una cualidad transversal básica demandada en el cualquier departamento de las compañías involucradas en la transformación de la industria 4.0.

Es importante remarcar que no solo se trata de que la tecnología necesaria esté disponible (reducción de la brecha digital), sino de incorporar la tecnología a la cotidianeidad de las labores a desarrollar en el sector agro-alimentario, forestal y el medio rural (reducción de la brecha de adopción). Para ello, además de mejorar la interacción entre la formación superior y la formación profesional agraria con la investigación y las necesidades de la empresa, no se deben dejar de lado los actores relevantes del sector agro-alimentario, los asesores agrarios y el medio rural.

El ecosistema conectado, basado en el intercambio constante de conocimientos y experiencia, junto con la adopción de las nuevas tecnologías y gestión de datos masivos, será clave para poder hacer efectiva y real la transformación digital.

Dr. Manuel Pérez-Ruiz
Director Cátedra en Agricultura Digital y Sostenibilidad Corteva

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